La primera feria del libro de Trujillo se realizó el 2003 y ha tenido diferentes organizadores, etapas y enfoques, pero digamos que, en esencia, ha sido una, aunque haya quienes quieren hacer distinciones por razones ajenas a la cultura.
Desde esa primera feria hasta hoy han pasado 14 años y la Feria se sigue realizando con altibajos, periodos de inercia y chispazos de calidad. Ahora mismo se avecina una que tiene como invitado especial (gracias al apoyo del Hay festival) al novelista español Javier Cercas y tendrá como espacio principal la vieja Plaza de Armas. ¿Por qué es importante una feria del libro como la de Trujillo y por qué se sigue realizando si el Perú no es un país que se caracterice por tener muchos lectores?
La Feria del Libro se realiza, creo, en primer lugar porque hay una tradición cultural que se remonta a miles de años de antigüedad y, en segundo lugar, porque en su organización, desde hacer más de una década, han confluido gentes de distintas generaciones que creen firmemente en el valor del libro y la cultura. Hay sin duda un sesgo utópico en esto: la feria es un intento de reducir esa brecha entre el libro y los lectores, una manera de acercar al ciudadano común y corriente a los libros y a los autores y un modo de entusiasmar a la gente con la idea de que el conocimiento es una fiesta o de que el libro no tiene por qué estar reñido con placer.
Sé que es difícil lograr todo los objetivos anteriores. Ya llegará, sin embrago, el momento de medir el impacto de la feria en la educación y la cultura trujillana en lo que lleva de existencia. Lo importante es que la Feria es un proceso en marcha, un fenómeno que forma parte de aquello que Theodor Adorno y Max Horkheimerllamaron en los años sesenta industrias culturales; es decir, a los sistemas de creación, producción, exhibición de bienes culturales vinculados con la cultura de masas.
Si preguntamos a los ciudadanos comunes y corrientes sobre la importancia la feria del libro seguramente estarán de acuerdo con ella, sin embargo no podemos dejar de reconocer la incoherencia entro lo que dicen y lo que hacen. Si lo sienten como suyo, ¿por qué no acuden en masa al llamado y, cuando acuden, por qué compran tan poco? La respuesta es precisamente la propia Feria. Esta existe para que esa incoherencia vaya reduciéndose poco a poco, hasta que valorar y leer un libro se convierta en un hábito, en un acto reflejo para la mayoría y no para una minoría, como lo es ahora.
Ferias de libros hay muchas en el Perú. La de Trujillo fue en algún momento de esos catorce años de los que hablamos la segunda más importante del Perú después de Lima. ¿Y qué tiene la de Trujillo que no tenga la de Lima, la de Arequipa, la de Huaraz o la de Piura? El orden de las respuestas es elsiguiente: persistencia, calidad ascendente y manejo de una o varias ideas fuerza. La que realizará el equipo de la MPT del 12 al 22 de noviembre incluye 23 invitados internacionales, 60 nacionales y más de 250 actividades como presentaciones de libros, mesas redondas, conferencias y espectáculos musicales y teatrales. El país invitado es Paraguay y se rendirá homenaje especial al 125 aniversario del natalicio del poeta universal César Vallejo y a los cien años del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos.
Participarán, entre otros, los peruanos Fernando Ampuero, Renato Cisneros, Alonso Rabí, José Carlos Yrigoyen, Iván Thays, Hugo Coya; el inglés Kigsley L. Dennis, los franceses Chloé Thomas y Yohan Turbet y los paraguayos Ramiro Domínguez, Renée Ferrer y Alcibiades González Delvalle. Preparémonos.