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PK y Keiko Fujimori cometen, con frecuencia, errores que podrían costarles puntos valiosos en el resultado final de las elecciones, pero PPK parecer ser, por lentitud o desidia, el único incapaz de capitalizar los yerros de su contrincante.Es casi unánime entre los analistas políticos que PPK no está haciendo los esfuerzos suficientes ni reaccionando con rapidez para ganar las elecciones presidenciales. La percepción es que proyecta dejadez y lentitud y que, en el fondo, el sillón presidencial es algo por lo que, aparentemente, no piensa arriesgar lo suficiente.
No es que PPK sea el único que comete errores; también los comete Keiko, pero el candidato de Peruanos por el Kambio parece ser el único que parece desaprovechar los de su contrincante. La mesa en las dos semanas anteriores ha estado servida: el exhabrupto de Kenyi, los pactos con la minería informal y un sector ultraconservador de las iglesias evangélicas, las contradicciones respecto a quién pagó los estudios de los hermanos Fujimori en el extranjero, las evasivas a debatir en sur y en el norte, etc.
Recién en los días anteriores PPK parece haber sacado la cabeza del atolladero para colocarse en la ofensiva, pero creo que es insuficiente. Del lado de la candidata fujimorista hay más rapidez, más reflejos, más firmeza en la manera de resolver las situaciones difíciles que se le presentan. ¿Por qué ocurre esto? ¿Es que realmente PPK le da lo mismo ganar o perder? Las especulaciones van desde un pacto secreto entre ambos candidatos hasta problemas de salud en PPK. Lo cierto es que, hasta ahora, ambos candidatos corren a distintas velocidades, en las que PPk lleva las de perder.
Julio Guzmán, luego que su ex aliado Elmer Cuba afirmara que el ex candidato presidencial y Keiko Fujimori comparten metas similares respecto al destino del Perú, salió al frente para decir: "Yo nunca me pasaré al lado oscuro de la fuerza". Esta respuesta, creo, ha filtrado un argumento muy sólido que el ex ministro de Alejandro Toledo podría utilizar con gran éxito publicitario y mediático porque va directo a la yugular de la democracia. El lado oscuro de la democracia es la autocracia, la dictadura, la tiranía. Y esto es algo que los electores peruanos no ven ni sienten todavía con suficiente claridad.
En su última columna, “La yuca de PPK”, la periodista Patricia del Río ha sido muy certera respecto a la perfomance de este candidato presidencial: " (...) los antifujimoristas (el grueso de los votantes de Verónika Mendoza) no le van a regalar su voto al que no toma distancia. Al que no se moja. Al que no abraza con cierta pasión la causa democrática. Y votarán en blanco y emprenderán una lucha épica contra Keiko durante cinco años, antes de regalarle su voto a quien no les asegure independencia del lado oscuro”.
Sin necesidad de denigrar o lanzar navajazos a diestra y siniestra, usando solo el argumento de que él representa a la democracia, el sector del recambio, el respeto a las instituciones y el alejamiento de cualquier tentación autoritaria (probablemente el punto más débil de Keiko Fujimori), PPK podría tomar distancia ventajosa de su competidora. Pero no lo hace, prefiere la comodidad de la tortuga, la pasividad del frío e indiferente.