La poesía nace de la necesidad del hombre de buscar estados superiores de conciencia y virtualidad, por esta razón no va a morir. Seguirá, dicen lo entendidos, el mismo camino que la ciencia: en busca de la verdad en base a intuiciones y revelaciones.
La poesía nace de una profunda necesidad del hombre: buscar estados superiores de conciencia y virtualidad. Su método se parece un poco al de la ciencia, la cual se ha desarrollado en muchos periodos de su historia en base a intuiciones.
El pensamiento de los antiguos astrónomos persas y griegos, por ejemplo,no necesitaba ser probado y, sin embargo, fue desarrollándose a partir de de una especie de iluminaciones o revelaciones más o menos certeras sobre la realidad
¿Pero por qué hay unan crisis de la poesía y no una de la ciencia si tanto se parecen sus métodos? En principio, la primea no tiene por qué seguir el camino de la segunda tratándose de formas de conocimiento autónomas y distintas; y, en segundo lugar, sus objetivos sin distintos, aunque en ambos casos se trata de buscar siempre la verdad.
¿Por qué hay una crisis de la poesía? ¿Qué la causa? ¿Cuáles son sus manifestaciones? ¿Por qué un género como la novela sí es aceptado por la mayoría de lectores y por qué otro como la poesía no? La poesía es un arte voluntariamente minoritario, que no tiene una masa de cultores. ¿Qué ha ocurrido?, ¿Por qué ha llegado a este estado y por qué la novela es más bien un género exitoso? Hay editoriales que son capaces de tirar diez mil ejemplares de un novelista más o menos famoso, pero no existe una editorial que publique libros de poesía que tengan tirajes que sobrepasen los mil o dos mil ejemplares.
En el siglo XIX, que es el del esplendor de la novela realista, esta se adaptó fácilmente a los desafíos del mundo moderno; se subió al tren de la historia rápidamente; es decir, satisfizo las ansías de entretenimiento y placer que buscaban los lectores de aquella época; nada de problematizar la existencia ni buscar el absoluto. Y ustedes saben que el éxito de la novela de allí en adelante no se ha detenido.
La crisis de la, poesía empezó el momento mismo en que perdió su condición de arte conectado con el gran público lector. En algún momento, esta tuvo más cultores y más lectores, pero poco a poco fue perdiendo esta posición. Esto se debió a dos causas principales: la primera es que sobrevino una crisis moral y cultural del lector. El empobrecimiento y envejecimiento del lector es un fenómeno que no se puede negar. Él es cada vez más banal, le importa menos la profundidad y la trascendencia de los textos, y es menos exigente y, al mismo tiempo, más fácil de engañar. Basta con observar cómo se traga el cuento de los libros de autoayuda y cuánto le mortifica todo aquello que le plantee profundidad y búsqueda de pensamiento abstracto.
La segunda razón es que, como consecuencia de la pérdida de conexión el público lector, la poesía se ha vuelto críptica. Al final, los poetas han terminado escribiendo para sí mismos o disfrazando su mala calidad con la parafernalia verbal. Por eso se edita tan poco y se lee menos. ¿Quiénes son los principales compradores de libros de poesía? Los aspirantes a poetas y los poetas.
Estas, según mi punto de vista, son las dos grandes causas que han colocado a la poesía en una situación de arte minoritario. La novela y el cuento, pero más lo novela, han sido géneros más astutos y han sabido adaptarse a las exigencias del mercado y el público lector. Esto no significa, desde luego, que los lectores de novelas y cuentos sean todos superficiales. De ninguna manera, la novela y el cuento han sabido diversificarse y, como dije, satisfacer las necesidades escapistas de los nuevos lectores.
¿Quiere decir esto que la poesía va a desaparecer? No necesariamente. Creo que va a seguir siendo un arte que exige cierto tipo de lectores, pero desconectado de las grandes mayorías. La poesía ha sido hasta cierto punto incapaz de adaptarse a la gran crisis moral y cultural que vive el mundo a partir del siglo XIX, agudizada después con las guerras, las dictaduras y los grandes conflictos sociales que han hecho perder la esperanza a muchas personas. Sin embargo, como la poesía nace de la profunda necesidad del hombre de buscar estados superiores de conciencia y de estados superiores de virtualidad, no va a morir. Va a seguir como la ciencia: siempre en busca de la verdad en base a intuiciones y revelaciones que nunca se producen, aunque con pocos lectores, hasta que sobrevenga una revolución del mundo y, por consiguiente, del lector.