Quantcast
Channel: Cuaderno del tribal
Viewing all articles
Browse latest Browse all 322

Article 0

$
0
0

 

Delirio, cultura y política

¿Cómo han sido las relaciones entre la cultura y la política en el siglo XX en América Latina? ¿Qué efectos han producido las ideologías y sus narrativas en la creación artística? ¿Qué tipos de encuentros o desencuentros han tenido los sueños políticos y las utopías de los creadores? Un libro notable de Carlos Granés responde todas estas preguntas.

En su libro El puño invisible. Arte, revolución y un siglo de cambios culturales publicado enel 2011, Carlos Granés se ocupó de las dos vanguardias que entre 1916 y 1917, en Zurich, se juntaron, sin que mediara ningún plan previo, lpara marcar el futuro de la humanidad en los siguientes 100 años: la vanguardia artística y la vanguardia política.

La primera de esas vanguardias estaba liderada por Vladimir Ilich Lenin y los intelectuales rusos que urdirían la conspiración política que sacó a los zares del poder; y la otra, por Tistán Tzara y su amigos, la cual montó performances provocadoras y sentó las bases de las vanguardias artísticas que surgieron después en todo el mundo.

De la lectura de ese libro de Granés se infería que se trataba del encuentro de dos utopías, de dos corrientes conspirativas, de dos revoluciones. Una, quiso cambiar el pensamiento del hombre; y la otra, la estructura de la sociedad, la economía y la propiedad. Una, urdió espectáculos provocadores; y la otra, grandes dosis de violencia. Las consecuencias de ambas se podrían decir que se extienden hasta nuestros días, pues de ellas derivan casi todos los movimientos contestatarios de los siglos XX y lo que va del XXI.

Once años después de ese lúcido ensayo, Granés publica otro más ambicioso y esclarecedor: Delirio americano. Una historia cultural y política de América Latina, en el que indaga cuáles han sido las relaciones entre cultura y política, entre el arte y el poder y entre las ideologías y los procesos creativos. Se trata de un visión lúcida y panorámica de estas relaciones, unas veces tensas y otras complacientes, ocurridas a lo largo del siglo XX.

El libro, estructurado a manera de un gran relato, se abre con la muerte de José Martí, el poeta que luchó por la emancipación de España y culmina con la muerte de Fidel Castro, el político cubano que marcó a tantas generaciones de artistas e intelectuales. Una abre el círculo y la otra lo cierra, y en medio de ellas bulle una historia salpicada de utopías, distopías y encuentros y desencuentros que dan cuenta de lo complejas y difíciles que han sido siempre las relaciones entre la cultura y el poder político, sobre todo en un continente que aún no termina de definir y aceptar sus diversas identidades.

Granés afirma en la página de instrucciones que su libro es “[…] un solo ensayo, tres tratados distintos, una manual de consulta o un texto corto”. Todo depende lo que el lector busque. Mi recomendación es que lo lea, como espera el autor, “de tapa a tapa”, puesto que se trata de un una informadísima y erudita historia cultural y política del siglo XXI latinoamericano. Esto para empezar.

El libro estudia aspectos centrales; los inicios de la modernidad cultural (la que empezó con Martí y los arielistas) y las vanguardias, las ficciones o las narrativas que el nacionalismo ha creado a partir de la utilización política de los creadores y artistas, las relaciones entre las revueltas políticas y las revueltas artísticas, los efectos de la revolución cubana en los procesos creativos en la segunda mitad del siglo XX (el boomsobre todo), los alcances y limitaciones del populismo y el indigenismo, como fenómenos típicamente latinoamericanos, las relaciones tensas entre los local y lo global, así como una revisión rápida y sistemática de los aportes de los personajes clave de nuestra cultura, desde César Vallejo hasta Caetano Veloso, y desde José Martí hasta las artista plástica colombiana Doris Salcedo.  

Uno de los aspectos más relevantes del libro es la atención que Granés le presta al surrealismo, una de las corrientes de origen europeo que más influencia ha ejercido en el arte y la literatura latinoamericanos del siglo XX, corriente en la que poetas peruanos como César Moro y Emilio Adolfo Westphalen tuvieron un papel protagónico. Para Granés, se trata de un fenómeno que derivó en proyectos individualistas, libertarios e innovadores que contrastaban abiertamente con las visiones nacionalistas, ortodoxas y autoritarias que salpicaron nuestras historia artística y política.

Uno de los aspectos que más cuestiona Granés es “la utilidad política del sufrimiento”; es decir, la idea de que siempre somos víctimas y sobre la base de esta concepción hemos levantado una narrativa artificial de lo que somos. “¿Debe América Latina seguir exhibiendo la herida colonial, definiéndose como víctima del comercio internacional, de la modernidad o de los mercados; víctima de la indiferencia del mundo, de la soledad, de la envidia, de los prejuicios, del racismo, de la codicia, del subdesarrollo, de no haber sido invitado a tiempo a la mesa de la civilización; víctima de despotismos, dictaduras, autoritarismos y tiranos de opereta?”, se pregunta Granés, y nos advierte, sin negar de que las víctimas existen, de la necesidad de “liberarse, de no ser el mismo toda la vida”.

 

 

 


Viewing all articles
Browse latest Browse all 322

Trending Articles