La metáfora y el lenguaje popular
Existe, al parecer, una separación entre la poesía y el ciudadano común y corriente, la cual no se condice con la utilización que este hace del lenguaje metafórico en su vida cotidiana. ¿Es realmente extraña y difícil la poesía para alguien que comprende su funcionamiento y usa con intensidad sus recursos en la vida práctica?
La poesía es un arte que practica una minoría. Existen muchas razones que explican esta realidad. Una de ellas es que para acercarse a la poesía se necesita de una gran cultura y de una gran sensibilidad. Otra es que el lector, en general, se ha banalizado y el poeta se ha vuelto más críptico en el uso del lenguaje literario.
Sin embargo, es justo reconocer que el lenguaje poético (en el sentido de figurado, expresivo y ambiguo) no es exclusivo de la imaginación poética. Tampoco se trata un recurso que solo pueden entender los doctos y los cultos. En realidad, se usa también en la vida cotidiana, como es el caso de metáfora, la cual, como podríamos advertir si prestamos más atención, impregna el lenguaje ordinario.
Para ilustrar la anterior afirmación, veamos la siguiente frase: «La discusión es una guerra», que vendría a ser algo así como un concepto metafórico, puesto que el significado de la palabra “guerra” ha sido trasladado a la palabra “discusión” y de este modo ha adquirido una nueva realidad semántica. Ahora, este concepto metafórico, dicen estos autores, está presente en nuestro lenguaje corriente a través de una amplia variedad de expresiones: “Sus críticas dieron justo en el blanco”, “Destruí su argumento”, “Nunca le he vencido en una discusión”, “Sus argumentos son indefendibles”. “Mis argumentos fueron demoledores” o ”Le gané la batalla”. Esto quiere decir que la metáfora no está meramente en las palabras, sino también en el proceso del pensamiento, en los conceptos.
El uso metafórico del lenguaje no solo es recurrente sino también insustituible; es sin un equivalente en el lenguaje informativo o referencial. Esto ocurre con las expresiones “Ponte mosca” y “Tirar la casa por la ventana”. ¿Con qué expresiones no figuradas las podemos sustituir? Difícil, muy difícil encontrar sustitutas que tengan la misma intensidad expresiva. Al menos no conozca hasta ahora alguna.
Pero es en los medios de comunicación escritos, especialmente en los populares o sensacionalistas, donde confluyen estas ideas de la metáfora del lenguaje y la metáfora del concepto, y donde también ocurre una extraña simbiosis entre el lenguaje de la calle y el lenguaje del periodismo. Esto puede parecer una contradicción, puesto que uno de los objetivos principales de esta profesión es ser “objetiva” y veraz; es decir, presentar la realidad tal cual es, sin añadir ni quitar nada. Sin embargo, leamos el siguiente titular: «Paolo Guerrero vs Neymar: Duelo de dragones» (Trome, 24/11/12). Aquí, el significado “duelo” (combate, lucha) ha sido trasladado o ha sustituido al significado “juego” o “competencia”. Y “dragones” añade los conceptos de fuerza y poder. Lo mismo pasa con la expresión “Arranca diálogo entre Mirtha Vásquez y las bancadas (Perú 21, 20/10/21). Al diálogo, en este caso, se la anexado el verbo “arranca” en su acepción de comienzo, atribuible a máquinas o artefactos. En su acepción más estricta, arrancar significa sacra algo con violencia.
A veces, bajo el disfraz del humor, las metáforas del lenguaje periodístico esconden profundos prejuicios racistas. Veamos algunos titulares de la época del gobierno de Alejandro Toledo, donde algunos medios, hacían un uso particularmente racista de la información. Un titular del diario Ajá (1/7/07) es revelador: «Choledo es mismo globo con hueco. Men de CGTP dice que es el único que se desinfla». Al margen de estas manifestaciones embozadas de racismo, lo que hace el titular es presentarnos metafóricamente una situación: que el presidente Toledo sigue bajando en el nivel de preferencia en las encuestas. En este caso, el significado de “globo con hueco” ha sido trasladado al sustantivo “Choledo” (o Toledo). Quizás estas metáforas ordinarias cobran más fuerzo debido a la incorporación de algunas expresiones coloquiales como “Choledo” o “globo con hueco”. Pero no son únicamente los diarios populares los que emplean las metáforas. Están también los diarios serios como El Comercio (23/11/12): “Sergio Agüero es el delantero más letal de la Liga Premier». El significado “letal” (mortífero, mortal) ha sido trasladado al del significado «jugador”, “competidor”; todo esto, evidentemente con la intención de volver más eficaz e impactante el mensaje periodístico.
Lo que a mí me llama poderosamente la atención es el divorcio entre poesía y el ciudadano común y corriente. ¿Por qué ocurre esto si, como hemos visto, el lenguaje metafórico es utilizado con intensidad en la vida cotidiana? ¿A qué se debe esta aparente separación? ¿Por qué la poesía tendría que ser diferente y difícil para alguien que comprende su mecánica y usa con eficacia sus recursos en la vida práctica? Habrá que ir más allá de las apariencias y averiguarlo. Los ciudadanos comunes y corrientes, los escritores y los periodistas utilizan las figuras retóricas porque valerse únicamente de lo simple y referencial supondría empobrecer la comunicación.