El Mago del inglés Jhon Fowles, una de las novelas más extraordinarias de nuestro tiempo, fluctúa entre la preocupación por los temas filosóficos y la seducción del lector mediante las armas de la fabulación, el enigma y la aventura amorosa.Las novelas extensas tienen la desventaja de lidiar con la atención del lector, de modo que este nunca decaiga en su interés y llegue al final convencido de que ha valido la pena invertir mucho tiempo; y también la ventaja de la extensión para que el narrador pueda seducir con una serie de recursos su gusto, por lo general proclive a historias cortas y que no demanden mayor esfuerzo intelectual.
Hace poco leí El mago de John Fowles en la versión que este mismo autor corrigió en 1976. Por lo que sabemos, esta novela le costó veinte años de dedicación al novelista inglés y en ella desplegó todo su conocimiento sobre los grandes temas filosóficos e intelectuales de nuestro tiempo. Esta, sin duda, es una de sus grandes fortalezas: la capacidad de comunicar temas profundos en medio de los avatares que viven sus personajes.
Su otra virtud es su talento como narrador. Fowles logra a lo largo de más de 700 páginas conmovernos con la historia de Nicholas, un joven ambicioso, enamoradizo y resuelto que viaja a una isla griega como profesor de inglés en un internado. En el lugar conoce a un personaje extraño, Conchis, El Mago, quien lo inicia en una serie de juegos eróticos con unas hermanas gemelas y en la resolución de sucesivos enigmas en la frontera entre la realidad y el sueño. Nicholas lo hace contra su voluntad y alentado por el ideal de que es realmente un ser libre, cuando no lo es.
La tensa relación que establecen Conchis y Nicholas, la identidad oculta de las hermanas gemelas, la búsqueda incesante de Nicholas sobre sí mismo y la puesta escena de casi todas las experiencias que viven Conchis y quienes lo rodean no sugieren el ideal pessoano de que fingir en conocerse. La historia parece proponernos de que la vida está hecha no por lo que somos en realidad, sino por las sucesivas máscaras que asumimos según las circunstancias de nuestras mortales y limitadas vidas. La búsqueda de la identidad comparte rol con otros dos grandes temas: la ilusión del poder y la búsqueda del absoluto, temas en los que al autor despliega una serie de ideas fuerza y argumentos contundentes.
Las pistas sobre Conchis son múltiples, pero ninguna certera: un farsante, un psiquiatra, un científico, un hipnotizador, un mago o un rico caprichoso que quiere tener el mundo a sus pies. La historia tiene como eje la investigación que realiza Nicholas para averiguar quién es realmente El Mago y en este desarrollo despliega sucesivas pieles narrativas: del thriller pasa a la novela gótica, de la novela gótica al ensayo, del ensayo a la novela erótica y de la novela erótica a la novela policial. Una suma de registros ricos y envolvente que nos seducen con gran eficacia.
Me ha costado mucho trabajo digerir sus cientos de páginas, no porque sea difícil de leer, sino porque cuesta dejar sus páginas cada cierto tiempo. Una historia de iniciación como ninguna, una novela magistral, llena de sorpresas, pero siempre intensa y plural. Nunca había leído a Fowles, de modo que ahora tendré que buscar la novela El coleccionista del mismo autor que, según me recomiendan algunos amigos, es tan buena o mejor que la que acabo de leer.