Lo más importante en una vocación literaria no es necesariamente publicar un libro, sino persistir y, sobre todo, leer, única forma de evadir la mediocridad y miseria de la vida cotidiana.
Hace 28 años que publico libros y todavía no termino de aprender a escribir. Mi primer libro, Dialogando el extravío, data de 1986 y se publicó gracias al ímpetu de Juan Félix Cortés, quien fundó un sello editorial con este motivo: Mamut Editores. Por ese tiempo se había descubierto en Sullana el fósil de un animal prehistórico que algunos presumían era un mamut, razón por la cual este amigo decidió bautizar así su editorial. El poemario tuvo dos ediciones y se publicó gracias al “prestigio” que me había granjeado el concurso Poeta Joven del Perú, el cual gané a los 23 años.
Mi segundo libro, El exilio y los comunes, se publicó con SEA ―una fugaz editorial creada por el poeta Santiago Aguilar en 1989― y con el auspicio de CONCYTEC. Se trata en realidad de un cuaderno de quejas y contentamientos sobre los duros años 80. El libro fue ilustrado por el pintor Santos Salvador Rosado. Entonces seguía siendo joven e indocumentado. Estudiaba Derecho y era más o menos feliz.
Luego vendría Confesiones de la tribu (1992). El 2011 la editorial OREM de Trujillo haría una segunda edición en formato pequeño. Es un homenaje a mis padres que se fueron: Nilda y José, y también a mis hermanos: Margoth, Javier, Marcela, Carlos y Milagros. La ilustración de la portada la realizó Héctor Acevedo y la edición fue compartida entre SEA, la Casa del Artista y la Municipalidad de Trujillo. Cuatro años después (1996), en edición de Sietevientos, aparecería mi primer libro de cuentos: Historia del enemigo. Siempre quise ser narrador. El primer relato de este libro presenta la esquizofrenia de un personaje que se debate entre ser libre o asimilado. La portada reproduce un cuadro alusivo de William Pinillos.
El 2003, compilé una parte de mis artículos periodísticos en Tan frágil manjar. Historias, libros y personajes (ATAL, Trujillo), libro que recoge mis lecturas, entusiasmos, equivocaciones y pasión por ciertos libros y personajes literarios, además de dos entrevistas ficticias a Sabato y Borges. Catorce años después, el 2007, apareció bajo el sello Revuelta Editores de Lima una de las ediciones más hermosas que se ha hecho de un libro mío: Teorema del navegante, que fue finalista del Premio Copé 2007. Dos años después, CEA, una editorial creada por los hermanos López Miñano, reeditó mi libro de cuentos El suicida del frío, que el año anterior había lanzado, con un sinnúmero de erratas, la editorial Altazor de Lima.
Mis tres últimos libros se han publicado sucesivamente. La unidad de los contrarios, 2001, editado por Petroperú. Con este gané el Premio Copé de Bronce. Es el preámbulo de la filosofía poética que desarrollaría después. En esencia es un libro que vuelve al viejo y manido tema del amor. El 2012, El placer traidor. Crónicas elegidas, compuesto por textos híbridos que parecen crónicas y que se publicaron en La Industria, El Peruano y El Comercio. Una versión resumida de estos trabajos apareció el 2011 con la editorial Papel de Viento y con el título de Mis tres imposibles y otras crónicas. Y el 2012,Filosofía vulgar, dedicado a mi hija Luciana. Reúne mi poesía escrita entre el 2007 y el 2012. Lo editó CEA (Trujillo, 2012). Por supuesto, no tiene nada de vulgar. El nombre hace honor a las apariencias.
Esta es, en resumidas cuentas, la historia personal de mis queridos libros; es decir, la historia privada de alguien que cree en la escritura y la lectura como formas de superar la mediocridad del mundo real.